Aurora y yo llegamos a Istambul un día 21 de agosto de 2010, en el viaje directo con Turkish Airlines (unas 5 horas) no tuvimos problema alguno. Si llegas tarde al aeropuerto de Ataturk y el hotel está en el centro de la ciudad, Sultanahmet era nuestro caso, hay que tener muy claro lo que hacer con el transporte porque el último tranvía sale a las 24:00. Por supuesto que no hace falta coger un taxi, simplemente hay que dirigirse a la entrada del metro y coger dos fichas de viaje (cada una cuesta 1´5 LT), una para el metro que te dejará en la estación de Zeytinburnu donde haces transbordo, usando la otra ficha, para coger el tranvía (dirección Kabatas) y bajarte en la parada que más te convenga (nosotros paramos en Camberlitas porque nos quedamos en el hostel Istambul Paris Hostel, de los más baratos del centro, eso sí y lógicamente, lo mínimo para dormir). A partir de aquí, y si llevas la guía Lonely Planet viene detallado, el tranvía será tu forma de desplazarte rápidamente en Istambul.
Al día siguiente lo dedicamos a visitar los monumentos más conocidos: la Mezquita Azul, deslumbrante por fuera, una arquitectura magnificiente si bien su interior era bastante austero; Santa Sofía, fue la que más nos gustó, el exterior estaba rehabilitándose pero el interior, con la mezcla de motivos religiosos musulmanes y cristianos (mosaicos especialmente), lo disfrutamos mucho. Las Cisternas, íncreíblemente bien cuidadas, no os las perdais.
Por la tarde cogimos un ferry público (se utiliza una ficha de tranvía, se puede comprar un "akbil" que vas recargando. la mayor parte de los ferrys se cogen en el puerto de Eminonu, al lado del puente Gálata) dirección Uskudar, está en la parte de Asía, para visitar alguna que otra mezquita y ver un barrio típico de la parte obrera y no turística de la ciudad. Después cogimos otro para cruzar hasta Besiktas y darnos un pateo para llegar a la plaza Taksim, parte completamente europea, bajando por el boulevard Istiklad, lleno de tiendas y cafeterías donde se pueden disfrutar los deliciosos y superdulces dulces turcos. La cena, que la recomiendo encarecidamente (eso sí, os darán la brasa, teniendo en cuenta que un lado es para los restaurantes caros y el otro lado del puente para los más económicos, supongo que todos son parecidos al final), en el puente Gálata con vistas a un Istambul nocturno en el que sus mezquitas iluminadas junto al Cuerno de Oro puede hacer las delicias de una cena romántica como pocas.
En el segundo día visitamos el palacio Topkapi, complejo que no me impresionó tanto como esperaba y en el que siempre hay una gran multitud de gente (además tienes que pagar para la entrada al palacio, al Haren, las audioguías,...excesivo para lo que es en mi opinión); por la tarde, de las mejores cosas que hicmos durante nuestra estancia en la ciudad y que también recomiendo a los que huyen del turismo, un paseo de unas dos horas por el Cuerno de Oro, se disfruta tranquilamente de la vista de distintos barrios junto al Bósforo, se ve a la gente paseando y tumbada en jardines,..., pudiendo terminar con una visita a la espectacular mezquita de Euyup, además, el regreso (también la ida) puede hacerse en un ferry público cuya primera parada está bastante escondida (detrás de un gran edificio y al lado de la parada de los buses públicos) en Eminonu, preguntad, el resto de paradas se encuentran en zig-zag a lo largo del Cuerno de Oro.
La cena fue en el famoso "Enjoyer", y la verdad, también merece la mena si quieres salir de los rutinarios y económicos kebaps.