Último día en Istambul, por lo que pensamos tomarlo con más tranquilidad. Aún así aprovechamos la mañana y nos dirigimos a visitar el palacio Dolmabahce, una residencia imperial de estilo neobarroca y neoclásica de corte completamente europea, que si bien es criticada por los seguidores del estilo otomano, nada parecido al palacio Topkapi, si bien merece una visita para contemplar las numerosas salas que con su estilo recargado trataban de sorprender y dar un idea del potencial turco a los diplomáticos extranjeros que la visitaban. Es digno de remarcar la gran sala de actos, la verdad, es que no gustó mucho.
Caminamos de regreso cruzando el puente Gálata, donde podéis ver a la gente pescando (después puedes comer su captura en un delicioso bocadillo que venden), tomamos algunos dulces típicos y cogimos las mochilas para dirigirnos a la Otogar (estación de bus) y salir en viaje nocturno (20€ cada uno con la compañía Metro, la más famosa) hacia Göreme, epicentro de la Capadocia. Decir que los autobuses son una verdaera pasada, nada que ver con los de aquí, muy baratos y multitud que te conectan (a veces con "dolmus") con cualquier pequeño pueblo, siendo por esto que no es necesario alquilar un coche (algo caro teniendo en cuenta además que la gasolina también lo es) para disfrutar de casi cualquier rincón que deséis visitar.
El miércoles día 25 llegamos a Göreme (dejadlo bien dicho a la hora de comprar los billetes, pq pueden daros para Nevsehir y os saldrá caro el traslado) muy temprano, menuda pasada de sitio. Un pueblecito en la mitad de una serie de valles que, consecuencia de las erupciones volcánicas y la erosión provocada sobre la lava solidificada, se encuentran salpicados por innumerables formaciones de roca similares a chimeneas de hadas. En ese instante, tomas conciencia de que te encuentras en un lugar único en el mundo y que el verdadero propósito de tu viaje a Turquía lo tienes frente a ti. No hay problema si no tenéis nada reservado, de hecho creo que es lo mejor que se puede hacer en un viaje así, pues nada más bajar del bus existe una pequeña oficina que te informará de la disponibilidad de los distintos hostels. Os recomiendo que cojáis uno en el que la habitación esté excavada en la misma roca, la experiencia es inolvidable.
Después de comer y descansar fuimos a visitar el Museo al Aire Libre de Göreme (15 TL), no merece la pena (lo interesante son unos frescos que hay en dos capillas) si tenéis pensado andar por los distintos valles y hacer un tour para la ciudad subterránea y el valle de Ilhara. De verdad, lo maravilloso es dejarse perder mientras andas por las cercanías y hacer las distintas rutas, que no están marcadas, para visitar los valles. Cenamos en el "Fat Boy", restaurante de ambiente acogedor donde además de comer bien también puedes fumarte una pipa de sabor.
Caminamos de regreso cruzando el puente Gálata, donde podéis ver a la gente pescando (después puedes comer su captura en un delicioso bocadillo que venden), tomamos algunos dulces típicos y cogimos las mochilas para dirigirnos a la Otogar (estación de bus) y salir en viaje nocturno (20€ cada uno con la compañía Metro, la más famosa) hacia Göreme, epicentro de la Capadocia. Decir que los autobuses son una verdaera pasada, nada que ver con los de aquí, muy baratos y multitud que te conectan (a veces con "dolmus") con cualquier pequeño pueblo, siendo por esto que no es necesario alquilar un coche (algo caro teniendo en cuenta además que la gasolina también lo es) para disfrutar de casi cualquier rincón que deséis visitar.
El miércoles día 25 llegamos a Göreme (dejadlo bien dicho a la hora de comprar los billetes, pq pueden daros para Nevsehir y os saldrá caro el traslado) muy temprano, menuda pasada de sitio. Un pueblecito en la mitad de una serie de valles que, consecuencia de las erupciones volcánicas y la erosión provocada sobre la lava solidificada, se encuentran salpicados por innumerables formaciones de roca similares a chimeneas de hadas. En ese instante, tomas conciencia de que te encuentras en un lugar único en el mundo y que el verdadero propósito de tu viaje a Turquía lo tienes frente a ti. No hay problema si no tenéis nada reservado, de hecho creo que es lo mejor que se puede hacer en un viaje así, pues nada más bajar del bus existe una pequeña oficina que te informará de la disponibilidad de los distintos hostels. Os recomiendo que cojáis uno en el que la habitación esté excavada en la misma roca, la experiencia es inolvidable.
Después de comer y descansar fuimos a visitar el Museo al Aire Libre de Göreme (15 TL), no merece la pena (lo interesante son unos frescos que hay en dos capillas) si tenéis pensado andar por los distintos valles y hacer un tour para la ciudad subterránea y el valle de Ilhara. De verdad, lo maravilloso es dejarse perder mientras andas por las cercanías y hacer las distintas rutas, que no están marcadas, para visitar los valles. Cenamos en el "Fat Boy", restaurante de ambiente acogedor donde además de comer bien también puedes fumarte una pipa de sabor.
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