lunes, 14 de marzo de 2011

Hoces del Cabriel

Las Hoces del Cabriel, paraje de gran belleza cuya delimitación constituye frontera natural entre las provincias de Cuenca y Valencia fue el destino elegido para disfrutar de unas cortas vacaciones de Navidad. Fueron dos días en los que la flora mediterránea que habita este rincón escondido y el cañón escarpado que durante miles de años ha ido moldeando el río Cabriel con su paso nos dejaron descubrir otro lugar en la península que bien merece una visita activa.
Si bien la dimensión del parque natural no es muy grande, son muchos los atractivos que le hacen "apetecible" para cualquier persona que le guste disfrutar de la naturaleza, ya sea de forma tranquila con sus numerosas y agradables rutas a pie o bicicleta ya sea de una manera más "extrema" con las actividades multiaventura que durante el verano afloran en las hoces (canoas, descensos,...).
Aurora y yo optamos, atendiendo a la época y la disponibilidad existente, por adentrarnos en el corazón de las Hoces a través de dos opciones bien distintas, una ruta que se prolongaba a lo largo de una de las cimas y desde la que pudimos tener una perfecta panorámica de las paredes y otra caminata que seguía paralela al río Cabriel con la incomparable compañía de numerosos huertos y viñas que hacían de ésta un paseo multicolor con el sonido de los rápidos de agua como banda sonora.
Por último, también degustamos una cena en la ciudad monumental de Requena, pequeña pero que bien merece una tarde de paseo por su casco antiguo.

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